La empatía es una precondición ineludible para el logro de distintos propósitos en diferentes dominios de la vida. Por ejemplo, si un gerente desea contar con un equipo de trabajo motivado y productivo, es clave que sintonice con sus integrantes. Si los pacientes de un hospital se sienten cuidados, escuchados y comprendidos, entonces es probable que su proceso de recuperación sea más efectivo. La empatía aparece, además, como prerrequisito insoslayable en la prevención de situaciones indeseables en diversos ámbitos de la vida. Si los alumnos se sienten desconectados de las materias que cursan, entonces es posible que abandonen sus estudios. En ambos escenarios, si se fragmentara el término monolítico ‘empatía’, como si se tratara de un plato que se deja caer al suelo, ¿con qué fragmentos nos encontraríamos y cuáles serían sus significados? La Dra. Helen Riess se ocupa de ello en su charla TED.
Por: Matías A. Wersocky. 5 de febrero de 2023.
Helen Riess, profesora de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard y directora del grupo de Investigación y Capacitación en Empatía en Psicoterapia del Hospital General de Massachusetts, explica en su charla TED El poder de la empatía cómo se empezó a interesar por la empatía, cuál es el significado de los elementos que integran el acrónimo E.M.P.A.T.H.Y y cómo influye la tecnología en la capacidad empática de las personas.
Helen nos cuenta que un alumno se contactó oportunamente con ella y le propuso una idea fascinante. Él quería comprobar si había empatía entre las personas, cuando sus ritmos cardíacos y otros indicadores fisiológicos se emparejaban. Para ello, quería reclutar a duplas de pacientes y doctores, que estuvieran dispuestos a ser filmados en sus sesiones para someterse a un monitoreo durante sus encuentros. Si bien le costó un poco convencer a Helen para que aceptara su iniciativa, finalmente, ella aceptó.
Una paciente de Helen, una joven universitaria que quería bajar de peso, decidió participar del proyecto. Por lo tanto, se las conectó, tanto a Helen como a la joven, a un monitor capaz de mostrar si dos personas están sincronizadas o no, es decir, si la fisiología del paciente y del doctor se asemejan o si están desincronizadas. Así que después de monitorear el encuentro entre Helen y la joven, el alumno le mostró los resultados a Helen. Cuando ella observó los rastros del monitor, quedó impresionada. Esta joven, que parecía tan tranquila, tan segura de sí misma, resultó tener un nivel de ansiedad muy elevado. Los rastros de Helen y ella estaban bastante sincronizados, pero los de Helen progresaban con naturalidad en el tiempo, mientras que los de la joven fluctuaban con irregularidad.
Helen confiesa que nunca se había dado cuenta que era lo que sucedía en verdad en el interior de la joven. Cuando le mostraron los rastros a la joven, ella comentó lo siguiente: “No estoy sorprendida para nada, vivo con esto todos los días, pero nadie, nunca, ha visto mi dolor”. Helen comenta que quedó movilizada en lo más profundo, no solo como doctora, sino como ser humano.
Helen, al poco tiempo, volvió a observar la filmación del encuentro entre ella y la joven para tratar de entender qué estaba sucediendo, como si fuese una detective de emociones. Claramente, se le había escapado algo. Helen notó que los picos más altos del rastreo de la joven coincidían con movimientos muy sutiles, como acomodarse el pelo, mirar un poco para abajo, o cambios repentinos en su tono de voz. Así, en los siguientes encuentros con esta joven, Helen prestó atención a esas señales y, al responder a ellas, el trabajo conjunto fue mucho más eficaz. La joven comenzó a realizar ejercicios por primera vez en su vida. Esta joven, que solo engordaba y nunca había perdido peso, pasó a perder más de 20 kilos al año siguiente.
Esa experiencia no solo fue revolucionaria para la joven, sino que interpeló profundamente a Helen, quien se dio cuenta que con esa atención más minuciosa a sus pacientes había aprendido a ser más empática. Le surgió, así, la inquietud: ¿qué sucedería si doctores/as, enfermeras/os, docentes, empleadores/as, padres/madres, parejas, etc. pudieran aprender a ser más empáticos/as? Ese interrogante fue el detonante de un esfuerzo imparable que prosiguió con el correr del tiempo. Helen empezó a estudiar lo que estaba a su alcance acerca de la neurociencia de la empatía y desarrolló una capacitación al respecto, sobre la base de la neurobiología de las emociones y la empatía. La formación fue testeada en el Hospital General de Massachusetts y demostró que los doctores que conseguían calificaciones más altas por sus pacientes, era porque habían pasado por ese programa formativo. Helen cuenta que entre los componentes de la escala de la empatía se encontraban, por ejemplo, si “mi doctor realmente me escucha”, si “me mostró preocupación y compasión”, si “me trató como una persona completa”, si “comprendió mi preocupación”. En definitiva, esa formación apuntó a develar los aspectos receptivos y perceptivos de la empatía, así como también las respuestas empáticas.
Helen cuenta que creó el acrónimo E.M.P.A.T.H.Y como regla mnemotécnica para recordar los puntos focales de cómo nos conectamos con los demás. Entonces, en primer lugar, la “E” representa ‘Enfocar al otro’ —eye contact—. El contacto visual es, por lo general, la primera señal de reconocimiento de una persona por parte de otra. Es importante también, cuando nos saludamos. Si bien en nuestras culturas, el saludo se expresa usualmente con ‘hola’, en otras culturas, en cambio, el manejo es otro. Por ejemplo, en las tribus Zulu, la palabra ‘hola’ es ‘sawubona’, que significa ‘Yo te veo’. Todo ser humano anhela ser notado, entendido y apreciado, con lo cual, el contacto visual es el primer paso hacia ello.
La “M”, en segundo lugar, representa a los ‘músculos de la expresión facial’ —Muscles of facial expression—. La cara del ser humano es una zona corporal que casi nunca cubrimos del todo. Nuestras caras son un mapa de emociones humanas. En ese sentido, nuestras expresiones faciales no solo pueden salvar vidas, sino que incluso pueden preservar nuestra especie. Por ejemplo, si alguien coloca cara de asco al haber probado un alimento en estado de descomposición, puede señalizar al resto del grupo el mensaje de no consumirlo.
La “P”, en tercer lugar, representa a la ‘postura’ —posture—. La postura es otro elemento poderoso de conexión con terceros. Nuestra postura abierta o cerrada puede expresar recepción o rechazo. La “A”, en cuarto lugar, representa a la ‘afectividad’ —affect—, que es el término científico para “emociones expresadas”. Cuando se está con alguien, si se trata, de algún modo, de captar si esa persona está triste, enojada, entusiasmada, alegre, preocupada, etc., entonces, eso cambiará cómo se percibe lo que el otro transmite. La “T”, en quinto lugar, representa el ‘tono de voz’ —tone of voice—. Solemos tener registro de este componente del lenguaje paraverbal, cuando, por ejemplo, detectamos que a alguien se le quiebra la voz porque está a punto de llorar o empieza a alterar su tonalidad porque se está por enojar o enfurecer.
Helen, antes de proseguir con su discurso, efectúa una suerte de digresión sobre los elementos “M” y “T” del acrónimo E.M.P.A.T.H.Y. Ella observa que el área cerebral responsable de la reacción de pelear o huir es equivalente al área en donde residen los núcleos de tonos de voz y expresión facial. Eso significa que cuando estamos movilizados emocionalmente, nuestro tono de voz y nuestra expresión facial cambian sin siquiera pretenderlo. Por consiguiente, nuestras emociones están en circulación permanente, como si se tratara de una cascada de agua. Sin embargo, sucede que las emociones, en algunas personas, están más escondidas u ocultas que en otras. Fuera de eso, si observamos con cuidado, podemos igualmente escuchar y visualizar su espectro emocional.
La “H” representa a ‘escuchar a la persona como un todo’ —hearing the whole person— más allá de lo que las personas expresan con su lenguaje verbal, escuchar al todo significa comprender las circunstancias en que la persona se encuentra. También significa mantener la curiosidad y no juzgar hasta realmente comprender el contexto de esa persona. La “Y” representa a ‘tu reacción’ —your response—. Respondemos a los sentimientos de los demás de forma permanente. Quizás creemos que solo experimentamos las emociones propias, pero, en realidad, estamos absorbiendo los sentimientos de los demás. Sucede que la mayoría de los sentimientos son mutuos. De hecho, ¿cómo te sentirías, al ver las caras de las personas que perdieron sus casas en catástrofes naturales (huracanes, terremotos, maremotos)? Nuestras experiencias y emociones reflejan las de los demás.
Respecto a cómo influye la tecnología en la capacidad empática de las personas, Helen establece que, si alguien observara a nuestra sociedad de forma exterior, podría pensar que tenemos una relación más íntima con nuestros celulares que con nuestros seres queridos. Más aún, el bullying cibernético probablemente esté creciendo porque es más sencillo infligir dolor en personas con la que no se tiene contacto cara a cara. Es muy difícil, tener una conversación profunda, si nos comunicamos con ‘tweets’ de 140 caracteres. El escritor estadounidense Jonathan Safran Foer sostuvo que “cuando aceptamos sustitutos reducidos, nos volvemos sustitutos reducidos”. Entonces, lo importante acerca de la empatía es que cuando disminuye, también puede ser reestablecida (y amplificada) a través del aprendizaje.
Para concluir, si tuvieses que evaluar cuál es la fisonomía de tu empatía, según el tamaño de las letras que componen la palabra ‘empatía’ y de acuerdo con el grado desarrollo de cada elemento en vos, usando una escala de 5 (tamaño de letra 50 puntos = elemento fuertemente desarrollado) a 1 (tamaño de letra de 10 puntos = elemento escasamente desarrollado), ¿cómo quedaría conformada la empatía en vos?, ¿qué podrías hacer para que los elementos actuales de tamaño pequeño asuman un tamaño mayor? ¿cómo sería el plan de acción para mejorar tu capacidad empática? ¿quién estás siendo con la fisonomía de esa empatía? ¿en quién te convertirías, si el tamaño de tu empatía se expandiera?
Ejemplos de empatía
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E.M.P.A.T.H.Y
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E.M.P.A.T.H.Y
E.M.P.A.T.H.Y
En lo que sigue, les comparto la charla TED (si el link no llegase temporalmente a funcionar, pueden buscar el discurso en Youtube con las expresiones clave “TED TALK”, “Helen Riess”, “Empatía”).
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