viernes, 17 de febrero de 2023

Los seis hábitos de las personas altamente empáticas (HEP) - Roman Krznaric

febrero 17, 2023 Posted by Matías 2 comments

Si bien la palabra ‘empatía’ se escucha en todas partes, muy pocos se preguntan cómo es posible ampliar el propio potencial empático. Roman Krznaric señala que el siglo XX fue la época de la introspección –introspection–, que nos animó a mirar dentro de nosotros mismos para entender mejor quiénes éramos y cómo vivir; pero el siglo XXI debe convertirse en la época de la extrospección –outrospection–, para descubrirnos a nosotros mismos, a partir del interés por los otros. La pregunta que surge de inmediato es ¿qué se supone que deberíamos hacer para volvernos más empáticos? Roman Krznaric nos ofrece algunas pistas en su artículo y en su charla sobre las personas altamente empáticas.

Por: Matías A. Wersocky. 6 de febrero de 2023.


Roman Krznaric, filósofo australiano, es miembro fundador del cuerpo docente de The School of Life en Londres, fundador del primer Museo de la Empatía del mundo y asesor sobre empatía en organizaciones como Oxfam y las Naciones Unidas[1]. Krznaric explica en su artículo Six Habits of Highly Empathic People que la empatía es la capacidad de ponerse en los zapatos de otra persona para comprender sus pensamientos, emociones, sentimientos, ideas y puntos de vista, y usar ese saber para guiar nuestras acciones. En la naturaleza humana no existen exclusivamente los impulsos internos egoístas, sino que también aparece una faceta empática. Somos un homo empathicus, con lo cual, estamos dispuestos para la empatía, la cooperación social y la ayuda recíproca. Ahora bien, el desarrollo de la empatía no se restringe a una única etapa vital, por ejemplo, a la infancia. Podemos, asimismo, consolidar el crecimiento de la capacidad empática a lo largo de nuestra vida y, en especial, acudir a ella como fuerza radical para la transformación de las relaciones humanas.

Pero la empatía no es solo una capacidad que permite ampliar las fronteras del universo moral de las personas. Se puede cultivar, a partir de ciertos hábitos particulares, para así mejorar la calidad de vida. En ese sentido, Krznaric identifica y describe los seis hábitos de la gente altamente empática (Highly Empathic People o, HEP, por sus siglas en inglés), que se sintetizan a continuación.

Hábito 1: Hablar con desconocidos

Las personas altamente empáticas tienen una curiosidad insaciable por los desconocidos. Conservan la curiosidad natural que todos teníamos, cuando éramos chicos, pero que la sociedad le ha quitado a la mayoría. Encuentran que hay personas más interesantes que ellas mismas, pero no las investigan, sino que solo le muestran su interés, tal como sostiene el historiador Studs Terkel. Así, la curiosidad permite expandir nuestra capacidad empática, puesto que hablamos con personas que están por fuera de nuestro círculo social habitual y nos confrontamos con visiones del mundo muy diferentes a la nuestra. Sin embargo, la práctica de la curiosidad requiere más que tener una breve charla sobre un asunto banal o cotidiano. Se trata, en realidad, de entender el mundo estando dentro de la cabeza de la otra persona.

Para ilustrar a este primer hábito, Krznaric presenta el caso de Orwell en su charla en la Renaissance Society of America (RSA). George Orwell procedía de un entorno muy privilegiado. Se dio cuenta que sabía muy poco sobre su propio país, en particular, sobre las personas que vivían en los márgenes sociales. Por lo tanto, después de varios años como oficial de la policía colonial en la Birmania británica, decidió regresar a Inglaterra. Su intención era descubrir cómo era la vida de quienes vivían en situación de vulnerabilidad. Así que, vestido como vagabundo, con zapatos desgastados y abrigo raído, se instaló en las calles de East London con mendigos y vagabundos, a fines de los ’20 y principios de los ‘30. El resultado no solo supuso el desarrollo de una mayor compasión hacia esas personas, sino que implicó un cambio radical en sus creencias, prioridades y relaciones. Consiguió nuevas amistades y cambió su perspectiva sobre la desigualdad. Esa aventura empática fue la mayor experiencia de viaje de su vida.

Hábito 2: Desafiar prejuicios y descubrir puntos en común

Todas las personas tienen suposiciones sobre otros y acuden a etiquetas colectivas, por ejemplo, "musulmán fundamentalista", "madre soltera", "banquero codicioso", "político corrupto", etc. que les impiden apreciar la singularidad o individualidad de los demás. Las personas altamente empáticas desafían sus propias ideas preconcebidas y los prejuicios mediante la búsqueda de lo que comparten con la gente más que lo que los divide.

Krznaric presenta el caso de Ellis para ejemplificar a este segundo hábito. Claiborne Paul Ellis nació en Durham, Carolina del Norte, en 1927. Procedía de una clase trabajadora blanca pobre y creía, al igual que su padre, que los afroamericanos eran la causa de todos sus problemas. Se unió al Ku Klux Klan y ascendió hasta ocupar un rango importante. En 1971 fue invitado a una reunión comunitaria de diez días en su ciudad para hacer frente a las tensiones raciales en las escuelas. Fue elegido copresidente de una comisión directiva junto con Ann Atwater, activista negra defensora de los derechos civiles. Pensaron, al principio, de que no iban a poder trabajar a la par, sin embargo, encontraron que tenían puntos en común, en especial, que compartían los mismos problemas de la pobreza. Así, Ellis, por ejemplo, pudo refutar sus prejuicios sobre los afroamericanos y comentó lo siguiente: "Estaba empezando a ver a una persona negra, a darme la mano con ella, y verla como un ser humano". De hecho, después de la reunión comunitaria, Ellis decidió desafiliarse del Ku Klux Klan. Ellis y Ann se hicieron amigos por el resto de sus vidas.

Hábito 3: Experimentar la vida de otras personas

La empatía experiencial es absolutamente desafiante. Las personas altamente empáticas amplían su espectro empático a través de la experiencia directa con otras personas, es decir, ponen en práctica el proverbio nativo norteamericano, "Camina una milla en los mocasines de otro hombre antes de criticarlo."

Para clarificar a este tercer hábito, Krznaric presenta el caso de Moore en la RSA. Patricia Moore es una reconocida diseñadora industrial estadounidense. Cuando ella tenía 26 años, trabajaba para la compañía Raymond Loewy, que inventó, entre otras cosas, la botella de la Coca-Cola. Era la única mujer que se desempeñaba en esa empresa en los ’70. En un momento, ella se encontraba en una reunión con algunos socios conversando acerca del diseño de las puertas de heladeras y preguntó si podían diseñar esas puertas de modo tal que a alguien con artritis le resultase también sencillo abrir la puerta de su heladera. Uno de los socios le dijo que no diseñaban productos para ese segmento de personas. Ella se indignó y decidió realizar un experimento. Se vistió como una mujer de 80 años y entre 1979 y 1982 visitó a más de 100 ciudades en los EE. UU. para saber lo que las personas de esa edad experimentaban y cómo eran tratadas. Así, Moore ideó el concepto de diseño universal, es decir, las cosas se deben diseñar para personas de todos los orígenes, de todas las clases, de todos los grupos etarios, etc. sin discriminación alguna.

Hábito 4: Escuchar con atención y abrirse

Las personas altamente empáticas escuchan atentamente a los demás y hacen todo lo posible para captar los estados y las necesidades emocionales que los otros experimentan en cada momento. Pero escuchar no es suficiente. Las personas altamente empáticas también suelen compartir sus vidas en las conversaciones con terceros. Se muestran vulnerables. En ese sentido, deshacernos de nuestras máscaras y revelar nuestros pensamientos, sentimientos, opiniones resulta esencial para la creación de un fuerte vínculo empático. La empatía es una calle de dos vías que se construye sobre la base del entendimiento mutuo, así como también el intercambio de nuestras creencias, emociones y experiencias más importantes.

Para ilustrar a este cuarto hábito, Krznaric trae el lema “It won’t stop until we talk” (“No se detendrá hasta que hablemos”) que corresponde a la organización ‘Círculo de Padres’ que impulsa la paz entre Israel y Palestina. Esta organización se encarga de unir a las familias palestinas e israelíes que comparten algo en común: estas familias perdieron a integrantes en el conflicto entre ambos países. Por ejemplo, una familia israelí pudo haber perdido a su hija por un atentado de un terrorista palestino o una familia palestina pudo haber perdido a su hijo por un francotirador israelí. El ‘Círculo de Padres’ los reúne para que socialicen sus historias y que, de ese modo, descubran que comparten el mismo dolor. Esta organización también cuenta con el proyecto “Hello, Peace” (“Hola, Paz”). Es una línea telefónica gratuita para que cualquiera pueda llamar y hablar durante un cierto tiempo. Sin embargo, tiene la particularidad de que, si un palestino se contacta con ese número, lo comunican con un israelí y, al revés, si un israelí se comunica con ese número, lo derivan con un palestino.

Hábito 5: Inspirar a la acción colectiva y el cambio social

Por lo general, asumimos que la empatía es individual, pero las personas altamente empáticas entienden que la empatía también puede ser un fenómeno colectivo que impulsa el cambio social. Por ejemplo, la respuesta del público ante el abrumador tsunami asiático de 2004 surgió de un sentido de preocupación empática a las víctimas, cuya situación fue transmitida dramáticamente en nuestras casas por imágenes de vídeo. Krznaric comenta al respecto que él no piensa en términos de auge y caída de civilizaciones, religiones, sistemas políticos, etc. a lo largo de la historia de la humanidad, sino en momentos de florecimiento empático y de desplome empático.

Es muy probable que la empatía florezca en una escala colectiva, si sus semillas se siembran en nuestros hijos, tal como ocurre con el programa de enseñanza de empatía Raíces de Empatía. Roots of Empathy es un programa basado en el aula, creado por Mary Gordon en 1996, destinado a niños desde jardín de infantes hasta octavo grado. Todos los meses, durante nueve meses, se lleva a un bebé al salón de clases, acompañado por sus padres y un instructor de Raíces de Empatía. Así, los niños ven crecer el amor, la confianza, la seguridad, la sintonía emocional entre padres e hijos durante un año escolar. Estas visitas son esenciales para enseñar alfabetización emocional. Cada vez que el bebé demuestra alguna emoción, los niños hablan sobre la intención del bebé y lo que el bebé debe estar sintiendo, es decir, están aprendiendo el lenguaje de sus sentimientos.

No obstante, el gran desafío es averiguar cómo las redes sociales pueden aprovechar el poder de la empatía para crear la acción política. Por ejemplo, Twitter puede haber conseguido movilizar a la gente en las calles, pero también nos puede convencer de preocuparnos profundamente por el sufrimiento de personas que se encuentran distantes, en términos espaciales y temporales. Esto ocurrirá en la medida en que las redes sociales aprendan a extender, no solo información, sino conexión empática.

Hábito 6: Desarrollar una imaginación ambiciosa

Las personas altamente empáticas hacen mucho más que empatizar con los públicos habituales, por ejemplo, las personas que viven en los márgenes sociales o que están sufriendo. Esto es necesario, pero insuficiente. Krznaric aconseja, además, empatizar con la gente con las que no compartimos creencias, valores, conductas y entender sus historias de vida, por qué piensan así sobre el mundo, sus ambiciones, sus motivaciones, etc. La empatía con los adversarios es también un camino a la tolerancia social. Eso no significa que debamos adoptar sus puntos de vista, aunque sí los necesitamos entender porque solo así seremos capaces de desarrollar estrategias efectivas para el desarrollo social, político y económico.

Krznaric realiza un llamamiento muy particular cuando sostiene que debemos aprender a expandir nuestra imaginación empática a través del espacio y del tiempo. El caso del cambio climático permite ilustrar esta invitación respecto al ensanchamiento de nuestras capacidades empáticas. Él sostiene que existe una brecha entre lo que sabemos acerca de ese fenómeno global y la cantidad de acciones que se instrumentan al respecto. Esa brecha se explica, para él, por dos condiciones que se ligan con la empatía. Primero, no estamos empatizando espacialmente, en concreto, con personas del tercer mundo que sufren actualmente los efectos de ese fenómeno (inundaciones, sequías, etc.). Segundo, tampoco estamos empatizando temporalmente, en particular, con las generaciones futuras, que sufrirán con posterioridad los efectos de las (in)decisiones presentes.

Para concluir, si te tuvieses que ordenar los hábitos de las personas altamente empáticas, según cuán desarrollados se encuentran en vos, con una escala del 5 (fuertemente desarrollado) al 1 (pobremente desarrollado), ¿cómo sería la lista?, ¿cómo podrías desarrollar aquellos hábitos cuya evaluación se encuentra por debajo del nivel óptimo?, ¿con qué hábito empezarías y con qué otro/s hábito/s proseguirías? ¿quién estás siendo con el desarrollo actual de tus hábitos de empatía? ¿en quién te convertirías, si tus hábitos de empatía estuviesen más desarrollados?

Fuente: Krznaric, R. (2012). Six habits of highly empathic people. Greater Good Magazine. 

En lo que sigue, les comparto el link a la exposición en Renaissance Society of America (RSA) (si el link no llegase temporalmente a funcionar, pueden buscar el discurso en Youtube con las expresiones clave “Roman Krznaric” y “Six Habits of Highly Empathic People”). Les sugiero colocar los subtítulos en español en Youtube.


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